¡Por favor, desconocido, escúchame!

“Después de mucho tiempo, finalmente regresó de visita a España. Quería estar unos días allí para poder pasar tiempo con una muy buena amiga suya. Hacía más de un año que ambas se vieron la última vez. Muchas historias que contar, muchas risas que compartir, solo buenos momentos. Ella había echado de menos eso.

Llegó de madrugada a Madrid. Aún quedaban pocas horas hasta llegar al destino final. Estaba extremadamente cansada, pero feliz y emocionada. Quería sorprender a su amiga por su cumpleaños. No podía esperar más.

Había reservado un coche compartido desde Madrid hasta la ciudad donde vivía su amiga. Siempre fue una buena forma de no aburrirse por el camino y de conocer gente interesante. Empezaron el viaje y al principio fue la típica charla básica.

Después de la primera parada, cuando todos se tomaron su café, fue como que se despertaron y comenzaron a tener una conversación adecuada. Estaba asombrada de cómo una persona que conoció desde hace no más de una hora pudo abrirse tan rápido con ella. Descubrió la historia de su vida.

Se enteró de que sus padres se divorciaron y su madre lo abandonó para irse con otro hombre. Este hecho, sin duda, le hizo querer empezar a trabajar a una edad muy temprana para poder tener un futuro mejor. Se notaba en sus manos que era un chico muy trabajador.

Pudo darse cuenta cómo esta experiencia le dejó una huella, se notaba en la forma en que hablaba, en su lenguaje corporal, era algo que recordará siempre, algo que le influirá en la forma en que tratará a una mujer.

Ella descubrió que, mientras él estaba saliendo con una mujer que tenía dos bebes, descubrió que ella todavía estaba casada y le estaba engañando a su marido con él. Esto fue antes de que las cosas se pusieran más serias. Esto lo hizo sentirse como si fuese una mala persona porque nunca fue su intención interferir en un matrimonio, menos en uno en el que estaban involucrados dos niños pequeños. Esto fue como un puñetazo en la cara porque no quería que esos bebés pasaran por lo que él pasó cuando era un niño. De inmediato paro cualquier contacto con esa persona. Pensó en contárselo a su marido, pero sabía que no era asunto suyo y que esto solo traería mala energía a su vida. Lamentó haberla conocido y haber tenido contacto con ella, pero ya era demasiado tarde.

Ella descubrió que él no era el tipo de persona que guarda rencor a nadie. Le estaba contando que, cuando su exnovia lo engañó, empacó todas sus cosas y se fue, sin pelear, sin violencia, sin reproches, sin ninguna situación incómoda. Recuerda que todavía necesitaba recoger algunas cosas de su casa y que había planeado entrar, recoger las cosas y marcharse de inmediato. En el momento en que llegó, se pusieron a hablar, se abrazaron y terminaron todo de una manera muy bonita. Se sentía en paz con todo lo que paso.

Sabía que ella y el chico con el que le engañó se iban a casar. Lo que le sorprendió escuchar de él fue que se sentía feliz porque, si el hecho de engañarlo hizo que dos personas se enamoraran y decidieran pasar la vida juntos, no era predestinado que su relación durara. La gente, la mayoría parte del tiempo está siendo demasiado orgullosa, así que, al escuchar esto de él, se quedó muy impresionada.

Ella descubrió que después de todo esto, él todavía creía en el amor. Estaba saliendo con una chica y no importaba en absoluto que ella viviera a una hora de distancia. Cada vez que tenía la oportunidad, iba a visitarla. Mencionó que, si quieres estar con una alguien, pasar tiempo con esa persona, siempre encontrarás la manera de hacerlo, da igual la distancia. Sonreía al ver lo emocionado que estaba mientras hablaba de ella, la forma en que se conocieron, los planes que tenían juntos, las sorpresas que le tenía preparadas.

Descubrió que él tenía opiniones bien formadas, basadas en hechos, relacionadas con la política y la situación actual de su país. Podría nombrar un par de ejemplos de por qué piensa de la manera en que lo hace. En muchas ocasiones la gente piensa de cierta manera solo porque la familia piensa así, porque el vecino se lo dijo, porque en la televisión se habla de ello, pero no, él realmente mostró interés en leer sobre eso y formarse su opinión como un individuo y no como un grupo “.

Estoy aquí ahora mismo, en casa de mi amiga recordando todo esto. Sucedió hace unos días en un viaje de dos horas. Sí, solo dos horas de mi vida.

Si solo en dos horas puedes averiguar tanta información, imagínate lo que puede pasar si decides estar más tiempo con una persona. Y ella no le estaba haciendo ninguna pregunta, él solo estaba hablando y contando cosas, como si hubiera aguantado todo esto dentro de él desde hace mucho tiempo y esperaba que llegase ese momento para compartirlo todo con una persona completamente extraña a él, para compartir la historia de su vida, o al menos los momentos que más lo marcaron desde que era niño.

Imagínense lo que pasaría si escucháramos más a las personas, imagínense lo que sucedería si invirtiéramos más tiempo en las personas, piensa en cómo esto las podría ayudar y tal vez ayudándolas nos estamos ayudando a nosotros mismos. ¿Y si, de la felicidad de otras personas, permitamos que sea también nuestra felicidad, o al menos por un momento?

A veces guardamos todas esas cosas dentro y solo necesitamos a una persona que esté a nuestro lado y que nos escuche, ya sea un completo extraño o un buen amigo, para liberar todas las palabras, las experiencias, los miedos y los sentimientos que guardamos adentro.

En un mundo donde la población está aumentando, en un mundo donde la tecnología te permite conectarte con todo el mundo, en cualquier parte del globo y en cada momento, cada vez más y más personas se sienten y están más y más solas.

¿Cuál es tu historia?

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