No debes tenerlo miedo a los comienzos

„Llegó a Portugal. Estaba sola, en el aeropuerto, esperando que la recogieran. Llegan tarde, pensó. No era buena señal y eso no comenzaba bien porque sabían exactamente cuándo llegaría su vuelo. Estaba tratando de convencerse a sí misma de no pensar en negativo, pero fue difícil después de haber dejado todo lo que sabía atrás, de haber dejado a sus amigos y toda su vida que había construido en los últimos seis años.

¡Por fin llegaron! Se sintió aliviada y al mismo tiempo emocionada y muy curiosa. La llevaron a su apartamento. Allí se suponía que pasaría las próximas semanas, los próximos meses o incluso los próximos años. Al principio pensó en quedarse allí durante un año, pero nunca puedes planificar, ¿a qué no?

Los días siguientes pasaron enseguida y ella ira a dar largos paseos para poder conocer la zona donde vivía. No sabe si fue mala suerte, pero pasaba solo por barrios con mala fama. Mantente positiva, se decía a sí misma. El lunes empezaría a trabajar. Ella estaba feliz por eso. Ella no era el tipo de persona que necesariamente busca amistades en el trabajo, pero si pasase, se pondría contenta.

Se quedo decepcionada cuando llegó a la oficina y comenzó a cuestionar su decisión de ir allí y también empezó a extrañar a sus amigos. Sabía que no era una cobarde y al menos lo intentaría. Ella se las arreglará de alguna manera durante seis meses o incluso un año. Se había fijado un límite: un año. Si en un año no cambiaría de opinión, volverá a Alemania.

Su cumpleaños era en un par de semanas. Se puso muy nostálgica y extrañaba el confort que tenía antes de venir aquí: su casa, su antiguo trabajo, todos los lugares que conocía y, lo más importante, sus amigos. Siempre celebraba su cumpleaños en un gran grupo de amigos y ahora la única persona que tenía era a ella misma. Intentaba disfrutar, pero era difícil. No podía poner distancia entre su pasado reciente y la nueva normalidad que vivía.

Pero el tiempo vuela y pasan las semanas, y pasan los meses y hasta incluso paso un año. Ha sido un año muy intenso, lleno de cosas positivas y cargado de momentos difíciles que le ha costado sobrepasar. Esta será otra historia.

Se dio cuenta, después de trabajar allí durante casi un año, que la forma en que la trataban, la forma en que trataban a la gente en general no era la adecuada. Y poco a poco fue tomando forma un deseo de cambiar algo y se fue haciendo más intenso con los días que pasaban. No quería quedarse atrapada en una oficina, con personas que eran consideradas ser solo unos números, que ella misma era considerada solo un número y no tenía derecho a decir su opinión, o si lo decía nadie la escucharía. Era como Don Quijote peleando contra el molino de viento.

No pudo encontrar una respuesta a todo esto. No pudo convencerse de permanecer en esa aburrida rutina. ¿Por qué? Para una nómina a fin de mes? ¿Realmente valía la pena? Comenzó a buscar otra cosa y se prometió a sí misma que el día que iba a encontrar algo mejor, dejaría su trabajo y seguiría su camino.

Se dio cuenta hace mucho tiempo que se había enamorado de este hermoso país y que el presente y su futuro están ahí por ahora. Hasta que otro cambio llegue (sonriendo).

Quería viajar, quería sentir que estaba haciendo un cambio en su vida y en la vida de los demás, quería sentirse libre y explorar lugares y explorar personas. Ella no tuvo miedo. Se estaba acostumbrando a dejar todo atrás y empezar desde cero.

¿Todo pasa por una razón, con una razón? ¿Eres tú quien decide tu destino y tu futuro o es el destino quien decide por ti? Tal vez solo queremos pensar que somos conscientes de las decisiones que tomamos, pero al final, tal vez simplemente seguimos el viento como lo sigue una hoja caída cuando el clima se vuelve más frío, cuando llega el otoño y cambiamos la estación, y las hojas están cayendo dejando lugar a nuevas hojas para que crezcan cuando la estación cambie nuevamente.

Antes de que llegara el otoño, aún con el calor del verano, hizo las maletas, visitó a todos sus amigos, pasó todo el tiempo que pudo con ellos y compartió risas y abrazos, y se despidió con sentimientos encontrados, esperando con ansias la nueva aventura pero también con tristeza en el corazón porque amaba a esas personas.

Sabiendo el hecho de que no los verá durante los próximos seis meses, era difícil de aceptar, pero sabía que no importaba qué, siempre volvería. Ese lugar se convirtió en su hogar.

Ella estaba ansiosa, muy ansiosa por esta nueva aventura y un entorno completamente desconocido: el mar y su belleza la estaban esperando.”

Estoy aquí ahora mismo, en un rincón de mi habitación, escuchando los coches pasando. Hoy, no podía estar afuera.

Cuando recuerdo todo esto, y las formas en que veía las cosas al comienzo de mi viaje aquí, todo negativo, todo malo, y cómo veo ahora todo, y solo por el hecho de poder llamar a este sitio “hogar”, es increíble cómo las cosas cambiaron.

Me enorgullece no dejar de descubrir, que pude dejar atras mi trabajo e ir a por lo desconocido, que pude volver a estar completamente sola, sin amigos, para vivir nuevas experiencias y ver dónde están mis límites. No tiene sentido estar en un lugar donde sientes que no perteneces, con personas que no necesariamente te agradan, haciendo algo que realmente no disfrutas hacer, solo para que te transfieran una cantidad al final del mes en tu cuenta bancaria.

Las situaciones no son malas, solo depende de la perspectiva de donde se mire. Las personas no son malas, solo depende de lo vulnerable que seas en el momento en que las conozcas. Lo desconocido no tiene por qué ser necesariamente algo negativo, y en lo desconocido, puedes vivir los momentos más felices de tu vida, ¡solo tienes que ir a por ello!

¿Cuál es tu historia?

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