Una carta para mi ex
Estoy aquí ahora, disfrutando de un día soleado en la playa, pensando en todo lo que sucedió durante todos estos años y voy a tener que reconocer que me siento nostálgica. Debo decir que me siento feliz conmigo misma y también me siento en paz.
Ya pasaron tantos años y todo lo que sucedió entre nosotros todavía estaba presente de alguna manera u otra y, inconscientemente me estaba influyendo. Cada vez que alguien intentaba acercarse a mí o a dar un paso en conocerme mejor, le ponía de inmediato una barrera a esa persona sin siquiera darme cuenta. Intentaba mantenerme a salvo y no dejar que me vuelvan a lastimar, o a decepcionarme y lo más importante, no volver a sufrir. Aun así, nunca puedes estar seguro de ello, da igual lo mucho que vas a intentar protegerte. Esto puede hacerte perder personas valiosas en tu vida.
Tenía un muro difícil de atravesar, no permitía que nadie se acercara. Si alguien fuera lo suficientemente valiente y paciente conmigo como para seguir intentándolo, me iba para siempre.
Muchas cosas pasaron entre nosotros y estoy segura de que tuviste tus razones para comportarte como lo hiciste y también para hacer las cosas que has hecho.
También tenia mis razones para ser como era en ese entonces.
Era una niña, pero crecí junto a ti, me convertí en una mujer.
Siempre recordaré la primera vez que nos conocimos. Tú y yo, juntos, durante todo un verano. Y entonces, el momento en que tuve que irme, llegó y me fui, pero, cuando decidí regresar, todavía estabas allí esperándome en el aeropuerto, con una sonrisa en la cara.
Siempre recordaré como fue nuestro primer beso como pareja, cuando agarraste mi mano en la parada, me atrapaste y me empujaste hacia ti con tal deseo, y luego paso: nos besamos.
Desde ese momento nos quedamos juntos, inseparables, y siempre estuviste allí para apoyarme y motivarme para mejorar en varios aspectos.
Y así, sin darnos cuenta, con nuestros viajes por todo el país, pasaron más de tres años.
Ya te notaste que recuerdo solamente todas las cosas que, en un momento, muy lejano, llenaron mi corazón de felicidad en ese entonces. Ahora mismo, no tiene sentido ninguno, recordar las cosas malas. Todo lo negativo, quedó enterrado en el pasado lejano. Solo nostalgia por los momentos hermosos y las sonrisas que se fueron con cada salida y con cada bajada de sol.
¡Quizás algún día leerás esto! Sé que estás muy pero muy lejos, ahora mismo. Estoy segura de que rehiciste tu vida como yo rehíce la mía. La razón por la que escribo esta carta es para mostrarte a ti, especialmente, y también para mostrarme a mí misma que no te odio, ni te tengo ningún rencor que me pesa. ¡Ya no!
Después de tantos años, acepté que así era predestinado a pasar, a que sucedería así, de esa manera, y que no debía ser más de lo que fue.
Me tomó bastante tiempo, pero después de tantos días, tantos meses y tantos años que ya pasaron, solo me permito revivir en mi mente solamente los recuerdos bonitos, esos recuerdos que siempre se quedaran conmigo, trayendo aliento cuando lo necesite.
Solo quería decirte que te perdono y también me perdono a mí misma por todo lo que paso.
¡Estoy feliz y me siento libre ahora mismo! Ya no llevo más la cadena atada al pasado. Me he liberado y no siento más, ni llevo más el peso de las historias malas del más allá.
Si algún día lees estas palabras que llegan desde muy adentro, si a veces te has culpado por lo que sucedió, ¡quiero decirte que te amo y te estoy agradecida!
Estoy agradecida por todo lo que sucedió, y quiero que sepas que, si no fuera por ti y por todo lo que paso, hoy no estaré donde estoy ni sería la persona que soy. Debo admitir que contribuiste de una manera indirecta, solo conocida por mí, a mayor parte de lo que represento hoy como mujer y persona.
Te amo, así como puedes amar a una persona que hace mucho, pero mucho tiempo formo parte de tu vida, que hace mucho, muchísimo tiempo era importante para ti. Este es el tipo de amor y cariño que te tengo hoy en día. ¡Y esto me hace muy feliz!
Esta carta está llegando a su final, y lo último que quiero decirte es que espero que hayas podido encontrar la felicidad que tanto mereces y el amor verdadero con alguien adecuado para ti.
También espero que algún día podrás perdonarme, perdonarme por todas las cosas que puedas pensar que he hecho mal y perdóname también por todo lo que consideras que podría haber hecho mejor.
Con esta carta, que representa una confesión, me libero una vez más y continúo mi camino sin arrepentimientos, sin odio o remordimientos y ni siquiera resentimientos.
Es aquí donde, el viaje del cual tú también hacías parte, mucho tiempo atrás, se acaba y llega a su fin.
Nos hemos encontrado en el momento equivocado y también en el lugar equivocado, donde queríamos cosas diferentes, o puede ser que fue al revés y fue exactamente el momento adecuado en el sitio adecuado.
Voy a continuar mi viaje, pero sola como un alma libre que soy, sin estar acompañada y sin tener en mi sombra, ningún fantasma del pasado que en algún momento pueda estorbar mi viaje.
¡Con cariño, Mada!
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Story nr. 6 – Journey with Mada
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