Desprenderse de los sentimientos y tener tiempo de sanar

Ella llevaba ya un tiempo en Alemania. Tenía un buen trabajo, tenía su propio hogar y logro conocer gente hermosa y hacer buenos amigos. Estaba disfrutando el tiempo allí. Estaba descubriendo mucho sobre sí misma y sobre todo el mundo allí fuera que la estaba esperando para salir y experimentar.

Los recuerdos de la relación pasada se fueron desvaneciendo lentamente. Pasó un mes, pasó un año, ya pasaron varios años y ella se sentía mejor que nunca.

Al principio, ella todavía intento de tener contacto con él, lo mínimo. Quería asegurarse de que él estaba bien, estaba preocupada porque se fue de repente y nunca miró hacia atrás, pero después de unos meses, ya no le vio el sentido.

Se sintió tan estúpida por creer todo, que se enfurecía consigo misma cada vez que recordaba esa situación. Tenía demasiada fe en la gente, pero de una cosa estaba segura: ella ofreció todo lo que estaba en sus manos para que la relación funcionara, renunció a todo para poder estar con él: su casa, su familia, sus amigos, su nuevo país.

Sintió la necesidad de poner una barrera entre ella y su pasado y continuar con su vida, de cerrar completamente ese capítulo de su vida y abrir uno nuevo. Un capítulo en el que tenía el control absoluto de su vida.

Necesitaba tiempo para curar y concentrarse en sí misma, para recuperar ese amor propio que, en algún momento en su viaje, había perdido por completo.

Estuvo sola durante muchos meses, ni siquiera recuerda por cuánto tiempo, pero después, mucho más tarde, comenzó a salir de nuevo.

No quería invertir ningún sentimiento, o tenía demasiado miedo de dejarse llevar y enamorarse. No le resultaba nada fácil confiar y siempre iba encontrando alguna razón para no comenzar una relación seria con alguien.

Conoció a gente increíble pero no quería definir qué estaba pasando entre ella y la otra persona, no quería hacerlo oficial, no le hablaría de esa persona ni a su familia ni se lo presentará a sus amigos.

Recuerda que cada vez que iba a visitar a su mamá siempre le estaba preguntando si traerá a alguien con ella. La respuesta siempre fue no.

De esta forma, pensó que tenía el control sobre la situación, sobre sus sentimientos, y que no podía ser perjudicada de ninguna manera si la otra persona decidiese, por algún motivo, desaparecer de un día para otro.

Pensará que sus estándares eran demasiado altos y por eso, después de tantos años no logro estar en otra relación.

Pero era ella, eran sus heridas las que aún no sanaban, eran sus demonios los que no la dejaban dormir por las noches, era su miedo a no ser engañada de nuevo, era la necesidad de estar sola y simplemente averiguar la manera de ser feliz sin tener a nadie a su lado.


Por alguna razón, ya no era capaz de tener sentimientos hacia algún hombre. Cada vez que conocía a alguien que le gustaba, comenzaban a salir, pero de alguna manera, siempre faltaba algo.

Siempre que la otra persona le solicitaba más atención, más afecto o más tiempo por parte de ella, dejará de tener contacto con él. No se sentía preparada para ofrecer más de sí misma de lo que ya estaba ofreciendo.

Los hombres nunca fueron una prioridad y sus amigos, familia y trabajo fueron mucho más importantes. Sabía que casi nadie entendería y aceptaría eso, así que prefirió quedarse sola.

Al principio, era el miedo de no ser lastimada de nuevo, pero después de eso, se volvió demasiado independiente.

No buscaba a nadie que pudiera completarla, ya se sentía completa, no buscaba a alguien que la hiciera feliz, ya era feliz, no buscaba a alguien que le dijera lo hermosa que es, se sentía hermosa y fuerte cada vez que se miraba al espejo. ¡No buscaba nada!

Pasaron casi seis años y disfrutó de todo ese tiempo. Conoció gente increíble, pudo entablar amistades hermosas, pudo viajar sola y con alguien a su lado, pudo divertirse desde todos los puntos de vista.

Descubrió que la felicidad no es una persona ni un lugar, la felicidad son momentos y tú construyes tu propia felicidad. El mundo es exactamente de la manera que tú lo estás viendo: puede ser un buen lugar o puede ser malo, puede ser un lugar feliz o puede ser uno triste, ¡todo depende de ti!


Estoy aquí ahora mismo, en un café al azar en esta hermosa ciudad, recordando todo esto y parece que estoy hablando de una persona completamente diferente.

El poder de una persona para estar completamente desapegado de cualquier tipo de sentimiento emocional que pueda aparecer y ser de hielo y completamente realista de que un momento preciso es solo eso y no hay futuro. El poder de una persona para satisfacer las necesidades básicas sin involucrar emociones. ¡La mente es una herramienta muy poderosa!

Cada uno de nosotros necesitamos atravesar diferentes etapas de la vida y experimentar diferentes sentimientos.

La idea de diferente no debe ser aterradora porque diferente no es necesariamente algo malo, lo desconocido no es necesariamente algo negativo, dejar que la gente se marche de tu vida es el curso normal y permitir que entren nuevas personas también es lo natural.

Experiencias, personas, lugares, trabajos, todo esto influyen y forman la persona que eres hoy. Cada experiencia y persona ha contribuido, de una manera u otra en la formación de mi personalidad.

Estoy agradecida por cada momento que experimenté en tantos lugares al lado de tantas personas diferentes, y estoy orgullosa de permitirme no tener prejuicios y recibir con los brazos abiertos a personas de diferentes lugares, diferentes países, diferentes culturas, diferentes mentalidades.

¡No podemos aferrarnos al pasado! Quizás algunas personas necesiten semanas, quizás algunas personas necesiten meses, o quizás un año o algunos años, cada uno tiene su propio ritmo, pero una cosa es segura: la felicidad está dentro de ti.

¿Y tu historia cuál es? ¿Piensas más con el corazón o con la mente?

Versión en ingles: https://journeywithmada.com/story-nr-11/

Versión en rumano: https://journeywithmada.com/povestea-nr-11/