Un fantasma del pasado
„La relación había acabado. Él empezó a seguir su propio camino y ella continuó por el suyo. Dos caminos diferentes sin ningún punto de encuentro.
Pasaron muchos años, muchas cosas que ella vivió, mucha gente que conoció, muchos cambios que tuvo, y pensó que todo había acabado, y no la afectaba ya de ninguna manera. Ella todavía no había recibido ninguna explicación por lo que había sucedido, pero ya no la necesitaba, o eso es lo que ella pensaba. Ella había pasado página.
Ha conocido gente, ha salido con hombres, ha disfrutado de su vida y ha tratado de recordar solo los buenos momentos. No quería odiarlo, porque sabía que eso, el simple hecho de guardarle rencor afectaría su vida. Poco a poco, con los años, las cosas malas se fueron desvaneciendo. Quería ser feliz.
Poco después de que rompieron, ella se aseguró de que él estuviera bien y decidió por su propio bien, que no quería tener ningún contacto con él. Después de todo lo que pasó, después de ir a otro país por él y descubrir que la engañó, ella había tenido suficiente. Ella aguanto más de lo que tenía que aguantar.
Decidió que ya era suficiente y ahora era el momento de pensar en sí misma primero. Decidió que el final es el final, y que debería dejar todo el pasado atrás para concentrarse en sí misma y poder, en algún momento, disfrutar del futuro. Ella se quedó con muchas secuelas emocionales de esa relación.
A ella le hubiera gustado saber de por qué él se comportó de esa manera. A ella le hubiera gustado que una disculpa. Le habría gustado recibir una explicación adecuada de por qué las cosas sucedieron de la forma en la que sucedieron. Ella nunca obtendrá respuestas a eso. O por lo menos, eso es lo que ella pensaba.
Incluso si nunca recibió respuestas a sus preguntas, a sus dudas, logró ser feliz. Había conseguido lidiar con los problemas y dificultades que tenía consigo misma y seguir adelante. Ella logró superar la adversidad y curarse. Logro volver a confiar en los hombres y, aunque no comenzó otra relación, estaba lista para estar con alguien cuando la persona adecuada llegase a su vida. Ha recorrido un largo camino desde entonces y estaba feliz con el lugar donde se encontraba.
Pasaron más de 7 años y casi todo quedó olvidado. Él siguió su camino, lejos de ella, y ella siguió el suyo y trató de no abatirse de él. Pero el pasado siempre puede volver para atormentarte y también las personas que formaron, en algún momento, parte de él, siempre pueden volver a ti.
El mensaje que inconscientemente esperaba finalmente llegó. La contactó en las redes sociales. Tuvieron una pequeña conversación e intercambiaron números de teléfono. Estaban a cientos y cientos de kilómetros de distancia.
La conversación no continuó.
Una vez que vuelves a tener contacto con alguien de tu pasado, es imposible no empezar a pensar más y más en todo lo que sucedió. Empiezas a tener flashbacks, recuerdos que vuelven igual que el fantasma que tanto intentaste olvidar. Es algo que nuestra mente hace automáticamente. Ahora estaba segura de que, en el pasado, tomó la decisión correcta. Ella no se estaba arrepintiendo de nada. El respeto que tienes hacia una persona que te ayudó a desarrollar tu personalidad y se preocupó por ti de una forma u otra seguía ahí, pero nada más. Ella se sentía aliviada.
Pasaron unos meses y con una simple conversación tocaron ese tema. Y sucedió lo inesperado: recibió la disculpa que tanto había esperado durante muchos años, aunque no quiso reconocerlo ni siquiera hacia ella misma.
Esto no cambiará nada la situación actual entre ellos, eran solo dos personas que en algún momento de su vida compartieron eso: su vida, tuvieron una vida juntos. Y todo eso había terminado hace mucho tiempo y ella no quería volver a ello.
Se sintió feliz porque ahora realmente sentía que eso era el cierre final. Sabía que había ofrecido más de lo que tenía que ofrecer, y recibir esa confirmación de él, solamente la ha hecho sentirse más orgullosa de sí misma, de cómo manejó toda la situación y de cómo siguió adelante.
Ahora podía respirar aliviada y deshacerse de ese peso que, inconscientemente sentía a veces llevarlo en su camino, ahora podía respirar aire puro y sonreír para sí misma, ahora estaba convencida de que no tiene pesares.”
Estoy aquí ahora mismo, bajo mi paraguas, escuchando la lluvia que cae como también lo están haciendo mis pensamientos. Y, seguir caminando por la calle oscura, abandonada en este momento, encuentro mi camino y logro poner orden entre mis pensamientos.
La gente huye de este clima, en sus cómodas casas, con sus familias, porque afuera no es cálido ni acogedor, como la gente huye de sus propios pensamientos porque no todos son tan agradables y algunos de ellos te hacen salir de tu comodidad o simplemente te pueden asustar. Puedes ver, en la pequeña luz que está en la calle, justo en la esquina, las sombras que te acechan como los pensamientos y las personas de tu pasado que también acechan.
Y hasta que ves, al final de la calle, cuando llegas a un punto más céntrico y de repente se llena de luz y se llena de gente, y alguien canta una canción de amor bailando a su ritmo, y notas que en cada esquina algo hermoso puede aparecer, pero solo necesitas estar listo para verlo y disfrutarlo, también debes abrazar esa sombra de tu pasado, cuidarla y soltarla cuando sientas que ha llegado el momento adecuado.
Cuando comienza la lluvia y el cielo se vuelve gris, nuestro estado de ánimo cambia y ya no podemos ver el sol. Lo mismo cuando termina una relación, y la persona se aleja de nuestra vida y te quedas solo, y ya no somos capaces de ver ningún color. Lo que siempre olvidamos es que después de cada día de lluvia, en algún lugar de este mundo, surge un arcoíris y trae y llena todo de nuevo con color, y en cada rincón se puede esconder algo hermoso, y que siempre hay una luz al final del camino.
¿Cuál es tu historia?
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